Los migrantes venezolanos ya son más de 490 mil, sin contar a aquellos que no tienen sus papeles al día. Aunque solo unos 7 mil tienen derecho a voto, el proceso constituyente no deja indiferente a esta comunidad. A diferencia de otras colonias, sus integrantes se enfrentan al actual escenario chileno arrastrando los fantasmas de su pasado reciente. La autora de este artículo recopiló información sobre las entidades y líderes de opinión de los migrantes venezolanos y cómo tratan de incidir en las políticas públicas locales. Aunque la mayoría se organiza para hacer valer su opinión solo en temas relacionadas con migración, también están los que directamente intervienen en la contingencia promocionando el Apruebo o el Rechazo.

Según las cifras oficiales del Departamento de Extranjería del Ministerio del Interior, hasta la fecha han llegado a Chile unos 492 mil venezolanos. Eso, sin contar varios miles que están en condiciones irregulares. Entre ellos se cuentan desde empresarios que aseguran que corrían riesgo de expropiación bajo el gobierno de Nicolás Maduro hasta ciudadanos de a pie empujados por la crisis que vive su país. Y, entre esos dos extremos, profesionales, académicos, técnicos calificados, ex funcionarios públicos y dirigentes opositores. Argumentando que “Venezuela está secuestrada” o simplemente que “la situación económica es insostenible”, todos vinieron a probar suerte y a poner sus fichas en un futuro de prosperidad. Pero muchos de ellos hoy miran ese futuro con inquietud.

Son pocos los venezolanos con derecho a voto en Chile: solo 7.148 según los datos del Servicio Electoral (Servel), cerca del 1,5% de todos los que están acá con sus papeles al día. Aún así, el escenario del plebiscito y proceso constitucional chileno no deja indiferente a esta enorme comunidad de migrantes.

A diferencia de otras colonias, sus integrantes se enfrentan al actual debate político chileno arrastrando los fantasmas de su pasado reciente. La mayoría expresa que si llegó hasta acá fue porque en Chile la institucionalidad funciona y la gente es libre de decir o hacer lo que quiera. Pero el estallido social de octubre, las marchas, los “caceroleos” y el debate constitucional, son un déjà vu para ellos.

Los venezolanos manifiestan su opinión. Pueden estar a favor del Apruebo o del Rechazo, pueden ser opositores a Maduro o simpatizantes bolivarianos, pero allí donde les toca interactuar con chilenos, no se guardan lo que piensan sobre el proceso de cambio constitucional y otros temas contingentes.

¿Pueden los venezolanos avecindados en Chile incidir en el plano político local? La información recopilada para este artículo indica que hay tres áreas en que esto está ocurriendo. Un primer nivel es de las organizaciones que agrupan a venezolanos, pero estas entidades sólo buscan influir en las políticas públicas sobre migración. Un segundo piso lo constituyen académicos y profesionales que trabajan en universidades y centros de estudios que tratan de orientar el debate público. Y un tercer plano es el de los usuarios de redes sociales, donde hay venezolanos con muchos seguidores que se dedican únicamente a temas relacionados con derechos de migrantes, pero donde también cohabitan los que promocionan ideas políticas contingentes.